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Los filtros de cartucho son dispositivos de filtración ampliamente utilizados en aplicaciones industriales, comerciales y domésticas para retener partículas sólidas en medios líquidos o gaseosos.

Gracias a su diseño compacto y modular, ofrecen una elevada eficiencia de retención, mantenimiento sencillo y gran versatilidad frente a distintos tipos de contaminantes.

A continuación, exploraremos en profundidad su funcionamiento, sus varios tipos y cómo se comparan con otros sistemas de filtración, como los filtros de bolsa o de arena.

Cartuchos en profundidad

Los cartuchos de filtración “en profundidad” aprovechan un medio poroso y tridimensional-como fibras enrolladas o materiales fusionados— en el que las partículas quedan atrapadas a lo largo de todo el espesor del elemento. Este enfoque contrasta con los filtros superficiales, donde la retención se limita a la capa exterior del medio filtrante.

La filtración en profundidad proporciona:

Mayor capacidad de retención de suciedad, al distribuir las partículas en todo el volumen.

Baja caída de presión inicial, que se mantiene estable durante más tiempo.

Vida útil prolongada antes de requerir reemplazo o limpieza.

Principio de funcionamiento del filtro de cartucho

El líquido o gas con impurezas entra en el cuerpo del filtro y se canaliza hacia el interior (o exterior, según el diseño) del cartucho. Al pasar a través del medio poroso, las partículas quedan atrapadas por varios mecanismos:

Tamizado: las partículas mayores que el espacio entre fibras o poros quedan retenidas.

Adsorción: ciertas impurezas químicas se adhieren a la superficie del medio.

Intercepción y difusión: partículas muy pequeñas quedan capturadas al chocar contra las fibras.

Asentamiento gravitatorio (en algunos diseños verticales): facilita la retención de sedimentos más pesados.

Una vez limpio el fluido, éste sale a través de la salida del filtro, habiendo reducido significativamente su carga contaminante.

Tipos de filtros de cartucho por construcción

Filtro de cartucho enrollado

Filtro de cartucho enrollado 

Este tipo de filtro está formado por capas de fibra sintética o papel microfino enrolladas sobre un núcleo perforado. Es ideal para la retención de partículas entre 1 y 100 micras. Su diseño simple lo convierte en una opción económica y muy fácil de reemplazar, por lo que es común en aplicaciones de prefiltración.

Filtro de cartucho fundido y soplado

Filtro de cartucho fundido y soplado

Fabricado mediante la extrusión de polímeros fundidos que luego se soplan para formar una estructura de fibras entrelazadas, este cartucho destaca por su capacidad de manejar altos caudales y resistir fluidos agresivos como productos químicos o aceites. Además, ofrece excelente resistencia tanto térmica como mecánica, lo que lo hace muy duradero.

Filtro de cartucho tipo plisado

Filtro de cartucho tipo plisado

El cartucho plisado utiliza un medio con pliegues regulares que aumentan significativamente la superficie filtrante dentro de un espacio reducido. Esto permite una alta eficiencia de retención con una baja caída de presión. Es común en aplicaciones que requieren filtración fina y constante, como la producción de agua ultrapura o en la industria farmacéutica.

Filtro de cartucho sinterizado

Filtro de cartucho sinterizado

Este cartucho se fabrica a partir de metales o polímeros sinterizados mediante un proceso de fusión a presión y temperatura controladas. Su estructura rígida le proporciona una gran resistencia mecánica y térmica, lo que lo hace ideal para procesos químicos exigentes, aplicaciones de alta temperatura y sistemas que permiten limpieza mediante backwash.

Filtro de cartucho de malla de alambre

Filtro de cartucho de malla de alambre

Compuesto por una estructura de alambre tejido o perforado, este tipo de cartucho está orientado a la retención de partículas más gruesas. Es especialmente útil en procesos de prefiltración o en aplicaciones donde se requiere una limpieza frecuente y una gran robustez estructural.

Cartucho de filtro de aire

Cartucho de filtro de aire

Diseñado específicamente para capturar partículas en corrientes de aire, este tipo de cartucho emplea medios plisados o espumas abiertas para maximizar el área de filtración.

Es ampliamente utilizado en sistemas de ventilación, compresores y aspiradoras industriales, donde la eficiencia y el control del polvo son fundamentales.

Filtros de cartucho VS Filtros de bolsa

Los filtros de cartucho ofrecen alta eficiencia y precisión (hasta 1 μm), gracias a medios plisados o de profundidad que aumentan la capacidad de retención. Son ideales para procesos críticos, aunque requieren reemplazo una vez obstruidos.

En cambio, los filtros de bolsa tienen una eficiencia más baja (normalmente >10–20 μm), pero son más económicos y adecuados para aplicaciones como prefiltración o eliminación de polvo. Algunos modelos permiten limpieza mediante contralavado, lo que reduce su frecuencia de sustitución.

En resumen:

  • Cartucho: más compacto, eficiente y preciso.
  • Bolsa: más económico, reutilizable en ciertos casos, pero menos eficiente.

¿Filtro de cartucho o de arena?

Elegir entre un filtro de cartucho y uno de arena depende del tipo de aplicación, el caudal necesario y el mantenimiento deseado.

El filtro de cartucho es compacto, fácil de instalar y económico. Funciona mediante cartuchos de papel o fibra sintética que retienen partículas finas (hasta 1 micra), por lo que ofrece una filtración más precisa.

No requiere contralavado y su limpieza es sencilla, solo basta enjuagar o reemplazar el cartucho cada pocas semanas. Es ideal para piscinas pequeñas, spas, sistemas domésticos o caudales bajos.

El filtro de arena, en cambio, es más voluminoso y duradero, con una vida útil de hasta 10 años. Utiliza un lecho de arena para retener partículas de mayor tamaño (20–50 micras).

Aunque su eficiencia es menor, soporta altos caudales y se adapta bien a piscinas grandes o instalaciones industriales. Su limpieza requiere contralavado, lo que implica un mayor consumo de agua, pero permite mantener el mismo filtro durante años, solo renovando la arena cada 1–2 temporadas.

En breve, el cartucho es mejor para espacios reducidos, filtración fina y bajo consumo de agua; el de arena es más adecuado para grandes volúmenes, menor frecuencia de mantenimiento y larga duración.

Conclusión

Los filtros de cartucho combinan eficiencia, flexibilidad y facilidad de mantenimiento, convirtiéndose en la solución óptima para aplicaciones que requieren filtraciones finas y constantes.

Con múltiples variantes constructivas —desde medios enrollados hasta sinterizados— ofrecen adaptabilidad a diferentes industrias y fluidos.

Frente a alternativas como los filtros de bolsa o de arena, destacan por su menor espacio requerido, mayor eficiencia en retención y ausencia de consumos extra de agua o cambios voluminosos.

A la hora de diseñar o renovar un sistema de filtración, evaluar cuidadosamente el tipo de cartucho y las condiciones de operación garantizará un rendimiento óptimo y un retorno de inversión favorable.

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